Venimos a un mundo ya construido, hecho, con su historia, con su presente, a él nos incorporamos. Accedemos a lo que ya existe, al flujo de relatos que fijan la realidad, a los significados y sentido dados a las cosas. Todo eso está cuando llegamos cada uno de nosotros.
Nuestro proceso de integración en el mundo lo realizamos mediante nuestra aculturación en él. A partir de ahí, de nuestro aprendizaje y comprensión de cómo funcionan las cosas y cómo funcionamos nosotros con las cosas, del valor que se les dá y les damos, empezamos a ser nosotros constructores de mundo, a interactuar con los demás desde nuestro relato, nuestra aportación de significados y sentido. Es nuestro vivir desde la autonomía.
En éste nuestro vivir de forma autónoma, idea redundante, ya que todo vivir pleno es autónomo, vamos relacionándonos con el mundo y los mundos, poniéndonos en contacto desde nuestro mundo personal y social. Son nuestros relatos, nuestros significados y sentido los que se relacionan y construyen realidad a partir de lo dado.
Nuestro relatar y construir realidad lo hacemos a partir de lo heredado, de lo incorporado, incluso tal vez desde la aceptación plena de lo ya fijado; pero es un posicionamiento que ha pasado por una posición de distancia respecto de lo otro, de criba, y, sobre todo, de elección. Es decir, es un relatar a partir de lo ya dicho y hecho por los otros y por nosotros, pero desde un espacio de libertad interior, que se traduce en un actuar consciente.
En nuestro vivir, por tanto, vamos construyendo nuestro relato, y vamos creando realidad a partir de lo real. Para eso no existe caminos prefijados, ni recetas, ni ningún canon establecidos; somos nosotros los que diseñamos y trazamos nuestro camino. Pero, además, y sobre todo, vamos haciéndonos caminantes.
Sin duda que en el andar de cada persona habrá más o menos autonomía, más o menos libertad y, en definitiva, será un vivir más o menos pleno; pero, inevitablemente, lo queramos o no, todos vamos construyendo nuestro relato y nuestro vivir. Es decir, todos somos responsables del sendero que vamos diseñando y de la estela que va dejando.
Caminante no hay camino,se hace camino al andar
ResponderEliminarSin duda, Luis, Machado lo plasmó muy lúcidamente.
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