COSAS QUE PASAN

15/1/14

¿Dónde está la sociología?

El discurso económico ha canibalizado la mirada sociológica sobre nuestro mundo actual. El prisma del enfoque económico se ha convertido en el modelo interpretativo hegemónico de la realidad social.

Pareciera que los datos macroeconómicos son la única fuente para explicar y prospectar lo social, desactivando cualquier otro enfoque o modelo.

Es más, apenas se tiene en cuenta que lo económico es parte de lo social, y que todo dato de aquel es consecuencia del campo de fuerzas sociales que se están produciendo en un momento dado dentro de la dinámica de la estructura social.

El discurrir de miradas y planos se polarizan en torno a dos aspectos básicamente: las cifras que arrojan los modelos económicos y la mirada individual, que aportan la psicología y todas las disciplinas derivadas de ella que centran su objeto en los procesos internos del sujeto y su relación con el medio.

¿Esta desaparición de la mirada sociológica es casual? ¿Es consecuencia de la falta de capacidad de interpretación y diagnosis de esta disciplina? ¿Es algo premeditado? (si fuese así, ¿por quién y para qué?).

Mientras se puede ir dando respuesta a estas preguntas, plantearé otros interrogantes sobre el momento presente: ¿existen las clases sociales? Si existen, ¿cuales son actualmente y cómo las definimos y en función de qué criterios? ¿Hay instrumentos teóricos y metodológicos contrastados para conocer todo ello?

Tan sólo un apunte final. Todos los que se han ocupado con rigor sobre el desvelamiento de los elementos que constituye la estructura social y la dinámica que genera, han entendido que, hasta la fecha, todo cambio (en lo social) se produce como consecuencia de la pugna de fuerzas (latentes y patentes) que operan y son constitutivas de dicha estructura social; de manera, que los grupos sociales (¿clases?) que dominan la contienda es como consecuencia de la apropiación (legítima o no) de la mayor parte del excedente material, económico, tecnológico y simbólico que una sociedad produce, dando como resultado el ejercicio y reproducción del poder desde posiciones de dominio. Me pregunto en qué momentos nos encontramos ahora respecto a ello.
Tal vez no resulte oportuno plantearse ahora todo esto.

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