COSAS QUE PASAN

5/4/14

De lo que dices a lo que eres

Es frecuente que en nuestra comunicación con los otros pasemos de ver y escuchar lo que dicen y lo que hacen a lo que son. Ese salto "nos mata". Es, para mí, uno de los problemas fundamentales que nos dificultan nuestro buen entendimiento con los demás.

Toda comunicación es un "poner en común" mensajes, sean ideas, sentimientos, opiniones, etc., entre dos o más interlocutores. Al comunicarnos transmitimos "cosas" mediante unos códigos concretos y a través de unos canales determinados. Hasta ahí lo ya archiconocido. Pero, también se pone en liza un conjunto de significados y se otorga/construye un sentido sobre aquello que emitimos y/o recepcionamos. Este sentido se hace siempre desde marcos interpretativos que manejamos para procesar y metabolizar la información, tanto cuando somos emisores, como cuando somos receptores. Es decir, nuestra interpretación opera como filtro, a veces como sesgo, de lo que se dice y se muestra.

Además, nuestro interpretar no es sólo desde la razón, ni siquiera desde nuestros pensamientos; también lo es desde nuestras emociones. De manera que lo que hacemos al comunicarnos es poner en juego el plano de los pensamientos y las emociones, así como nuestra expresividad corporal. Son estos tres niveles los que se ponen en marcha, lo sepamos o no, ante nuestros interlocutores. Y es desde ellos desde donde damos y generamos sentido sobre lo dicho o hecho.

Volviendo a lo que señalaba más arriba, solemos ser tendentes a dar un salto mortal en el aire, con doble tirabuzón, de manera que pasamos, sin solución de continuidad, de lo que nos dicen o nos muestran a lo que son. De forma tal que pasamos a la generalización por algo concreto y limitado, así como a la evaluación de la persona por un intercambio puntual en un contexto determinado. 

Sé que lo que aquí traigo a colación es de sobra conocido, y lo solemos considerar algo cuasi anecdótico, no dándole apenas valor ni importancia. Pero me parece que no es algo irrelevante. Creo que está en el origen de muchos conflictos, no solo personales, al menos yo podría dar buena muestra de un puñado considerable de ellos. 

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