Abrir la prensa, leer los twuits, escuchar lo que se
habla..., todo tiene la misma melodía, el mismo tono: denuncias sobre lo que ha
hecho el otro, datos sobre lo mal que nos va y nos va a seguir yendo, opiniones
sobre la situación nefasta en que estamos, etc.
Se dirá que es lo natural que suceda esto ante lo que
acontece, y no lo niego, claro que es lógico, claro que es necesario protestar,
denunciar y rebelarse. Pero, creo que para romper con la inercia que está
cogiendo esto de hablar y de escribir “sobre lo mismo”, tal vez sería necesario
salir de ese escenario, al menos durante unos minutos.
¿Por qué creo que es necesario hacerlo?. No para mantener
una posición alienante o enajenadora de la realidad (palabras que ahora suenan
antiguas, cosa curiosa), no para caer en un optimismo ingenuo o bobalizante, no
para mantener una actitud negadora. No pretendo nada de eso; al contrario, creo
que es fundamental ser lúcido respeto a lo que está pasando e incrementar
nuestro grado de consciencia sobre todo ello. Pero, me parece que para poder
buscar soluciones y emprender acciones que sirvan, que nos sirvan, es decir,
que sean resolutivas realmente, es necesario salir de esta fuerza centrípeta
que nos atrapa, al menos por un tiempo, dejar de lado un rato el empacho de
hiperrealidad negativa que nos subsume, y mirar las cosas desde otro lado, con
unas gafas más de media y larga distancia, incluso dejar de mirar hacia lo que
miramos casi todo el tiempo. Se me dirá que eso no es posible para muchas
personas que viven bajo la angustia de una situación de empobrecimiento, de
indigencia o de máxima vulnerabilidad. Y es cierto que no resulta posible en
muchos casos. Pero, de lo que sí estoy persuadido es que para afrontar con
lucidez y, por tanto, con eficiencia, nuestro actual mundo de vida, es menester
hacerlo con una nueva forma de mirar, y, por tanto, de buscar respuesta en
regiones tal vez no exploradas. Yo no tengo idea de cuales pueden ser las
soluciones, no sé por donde ha de ir nuestro campo de visión; pero sí creo que
ha de venir desde una manera radicalmente diferente de mirar, de preguntarnos,
y de actuar.
Por tanto, creo que los caminos que han de trazarse para
conseguir dar soluciones han de construirse; mejor dicho, los hemos de construir
entre todos, aunque algunos tengan más responsabilidad que otros, pero incluso
eso, el nivel de responsabilidad como se distribuye actualmente, es conveniente
revisarlo.
Soy consciente de que lo que aquí planteo tiene un punto
de irrealidad, de posición quimérica, pero, también estoy persuadido de que es
desde un planteamiento de cambio profundo desde donde nos pueden llegar las
ideas para diseñar y trazar los caminos que nos conduzcan a una situación mejor
para todos.
Sólo dos apuntes para finalizar. El primero es que para
que esos cambios empiecen a germinar hemos de dejar de tener una actitud pasiva
y de obediencia. Esto puede tener un coste en el corto plazo, sin duda, pero
solo puede tener beneficios, en el medio y largo plazo, para todos, sobre todo
para los sectores sociales más afectados por esta situación, pero insisto que
para todos.
El segundo apunte es que, para afrontar la situación
socio-económica es fundamental que modifiquemos nuestro modo tradicional de
relacionarnos y de actuar, tanto en el plano micro como en el macro. Si
seguimos con la creencia de que las soluciones han de aplicarse solo al ámbito
económico, si pensamos que son “los técnicos” los que han de encontrar
soluciones, si creemos que se trata de arreglar una avería, si consideramos que
se trata de un problema técnico, entonces es que no estamos entendiendo la
complejidad del problema, es que estamos mirando donde no es y, además, nuestra
mirada está completamente desenfocada.
Creo que hay otro problema fundamental, del que se habla
poco o nada, y que incide de manera fundamental en todo lo que se habla y se
dice, y es que ni el problema ni la solución están definidas ni consensuadas
social y políticamente, de forma que cuando hablamos de ello, lo que hacemos es
utilizar los mismos significantes para desplegar significados diferentes. Es
decir, cada uno empuja en un sentido y lo hace para llegar a un escenario
diferente. Conseguir el máximo acuerdo sobre ello implicaría maximizar las
energías y crear motivación.
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