La
utilización de la palabra opera como efecto balsámico y como construcción de
sentido de la realidad. La palabra ayuda a suturar lo fracturado. La palabra
organiza en un campo de significados y con unos vectores de sentido el mundo de
las cosas y las cosas del mundo que nos rodea. La palabra “explica” nuestras
emociones y sentimientos y su relación con nosotros mismos y con la realidad.
Pero
la palabra también puede operar como instrumento de enajenación, como elemento
de pérdida del sentido.
En
fin, como casi todo, depende del uso y del sentido que hagamos y demos a la
palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario