COSAS QUE PASAN

7/11/13

La ideología siempre está

Repaso algunos artículos y vídeos en la red de personas que hablan sobre el cambio, reinventarse, nuevos enfoques y similar.

Algunas cosas me gustan mucho, otras me parecen sensatas, otras me parecen lugares comunes con pretensión de vender algo novedoso, y otras me generan directamente urticaria. Sobre estas últimas me referiré a continuación.

Oigo a un señor hablar de optimismo, del nuevo modelo de liderazgo, de ser proactivos, es decir, de la retórica al uso, ya saben. Y lo que también oigo y sobre todo veo es que hay toda una corriente de pensadores profesionales empeñados en encontrar un lenguaje nuevo para seguir haciendo lo mismo, sin que nada cambie y todo siga igual; eso sí, con la pretensión de que pensemos o fabulemos con que estamos ante un modelo de gestión y de pensamiento organizativo diferente, donde se procura atender a los ámbitos personales para ser más eficientes. Se habla de transparencia, sinceridad, comunicación, etc., como un camino inexcusable para atender a las nuevas necesidades de la empresa y del mercado.

Debo ser muy torpe, pero yo lo que veo es que es un intento de seguir manteniendo todo lo que funciona mal, y cuando digo mal incluyo situaciones como priorizar los resultados por encima de los procesos, desatender el aspecto humano, seguir en modelos verticales, ninguna transparencia, cero sinceridad y comunicación engañosa, y así todo. Eso sí, lo que también veo es que dentro de este nuevo falso paradigma técnico-ideológico, se pretende revestir las cosas de siempre con otros trajes, cambiar el lenguaje, con pretensiones de novedoso y rupturista, incluso eficaz, para que lo de siempre siga siendo, pero con personas más entregadas.

Soy sociólogo, consultor y coach, soy un gran defensor de los procesos de coaching para ayudar a generar cambios en las personas y las organizaciones. Pero me irrita la tomadura de pelo y el querer presentar algunos enfoques como solución para los problemas de las empresas y de las personas, cuando lo único que se plantea es un cambio en la forma de denominar a las cosas, sin cuestionar las cosas en sí.

Eso no es coaching, ni apoyo a las organizaciones ni a las personas, ni apoyo al cambio real. Es un mero maquillaje, tremendamente ideológico, sin nombrarlo, que a la postre resulta a veces el más peligroso, para seguir ahondando en los mismos problemas. Eso sí, con la pretensión de que seamos muy crédulos, y nos pleguemos a la retórica nueva y vacía. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario