COSAS QUE PASAN

13/8/13

Por qué hago coaching

Me dedico al coaching porque estoy plenamente convencido que es una herramienta que ayuda a las personas y las organizaciones a conseguir mejor sus objetivos y a sentirse mejor consigo mismos.
Ahora, que atravesamos momentos complicados, precisamente ahora, veo que es más necesario aún. Esto no lo digo desde la creencia, o desde el intento de autopropaganda, lo digo desde la constatación de que ante una situación como ésta es importante ser capaz de afrontarla, asumiendo sus enormes dificultades, pero sabiendo que solo mediante la acción adecuada, la de cada uno, es como se consiguen mayores garantías de salir adelante.
No soy partidario del “happy-happy” que rodea muchas veces esta profesión, creo que no hay motivos para ello; pero sí sé que cuando uno es capaz de mirar las cosas de un modo distinto, se consigue movilizar energías y activar actitudes que se tornan en acciones anteriormente inimaginadas. ¿Por qué digo que lo sé? Porque he visto muchas personas que ante un insight (toma de conciencia o percepción distinta de las cosas), ha activado todo un repertorio de actitudes y motivaciones, que han devenido en acciones, las cuales han fecundado en la consecución de objetivos que pensaban inalcanzables.
Tampoco soy partidario de pensar que todo es una cuestión de actitud y motivación, sé que es fundamental no solo “lo de dentro”, sino también “lo de fuera”. Por supuesto. Pero es requisito fundamental y previo “lo de dentro” para que enlace con “lo de fuera”. Es decir, es básico trabajar aspectos de uno mismo, de cómo uno se siente con el mundo y consigo mismo, cómo percibe, entiende, valora e interpreta lo que acontece y le acontece (ese diálogo interior que todos tenemos), para poder modificar creencias taponadoras e irreales. Cuando se consigue tener más libertad interior, permite mirar de otro modo, ver las cosas desde otros ángulos, se incrementa la lucidez, y todo ello  facilita el actuar desde una mayor sensación de ligereza.
Vivimos en un momento difícil, confuso, donde la velocidad de los cambios es vertiginosa (la modernidad líquida, que dice Bauman), donde la sensación de vulnerabilidad va incrementándose, donde la percepción de futuro apenas existe, etc. Ante este mundo al que es complicado definir, porque lo que es válido hoy, mañana puede dejar de serlo, la mejor manera de vivirlo y vivirnos es desde el máximo nivel de consciencia y de libertad que seamos capaces de obtener. Por eso hago coaching.

No hay comentarios:

Publicar un comentario